Se dice que el ave fénix legendaria, a menudo representada como una garza, tiene su origen en la antigua ciudad egipcia de Heliópolis. Aquí, el pájaro de fuego se llamaba "Benu", se asociaba fuertemente con el dios del sol Ra y se veneraba como símbolo del sol naciente. Su plumaje entre dorado y rojo, con una corona de plumas, enfatizaba esta comparación.

Según uno de los griegos, Fénix regresa a su hogar de Heliópolis, en Egipto, cada 500 años, en el aniversario de la muerte de su padre. Allí, el ave moldea un huevo con incienso, que entierra en el templo de Heliópolis.

"Y mientras no tengas esto, este morir y llegar a ser, no eres más que un huésped sombrío en la tierra oscura".