Medusa era originalmente una hermosa virgen. Trabajaba al servicio de la diosa Atenea y se había comprometido a renunciar a la lujuria. De este modo, permaneció "pura" y pudo convertirse en sacerdotisa del templo de Atenea.

Vivía en lo alto del norte y allí custodiaba la entrada al Hades. Lamentablemente, sin embargo, nunca llegó a ver el sol allí. Gracias a su frecuente contacto con los difuntos, Medusa se enteró de la belleza y el poder del sol y deseó desesperadamente verlo. Atenea se negó a permitírselo.

Su belleza atrajo la atención de Poseidón, que la codiciaba.

Pero sin permiso, Medusa partió hacia el sur. Allí conoció a Poseidón, el dios del mar, y ambos se embarcaron en una apasionada historia de amor. Sin embargo, los dos eligieron un templo dedicado a Atenea para su aventura amorosa.

Atenea se enfadó tanto que transformó a Medusa en la criatura por la que se la conoce, un monstruo especialmente famoso por sus retorcidos cabellos de serpiente y su mirada. Tenía cuerpo de mujer, dientes como colmillos de jabalí y ojos brillantes.

La historia de Perseo nos cuenta que, en sus esfuerzos por conseguir la cabeza de Medusa, fue protegido y guiado principalmente por Atenea.

Fue ella quien le ordenó que procediera contra Medusa de tal forma que no viera su rostro, sino sólo su reflejo en su escudo desnudo. Perseo pudo así mirar la cabeza de la Medusa sin tener que mirarla cara a cara. Le cortó la cabeza con la hoz que había recibido como regalo de Atenea, Hermes o Hefesto.

El corcel alado Pegaso surgió del cuello de Medusa. Pero no fue sólo el corcel el que brotó de ella. También nació con él el gigante Crisaor, el héroe conocido como "el de la espada de oro".
A partir de entonces, Atenea llevó la cabeza en forma de máscara de Medusa como símbolo de su escudo o en su coraza, como protección especial en su escudo; más tarde se conoció como el Gorgoneion.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com