Cronos gobernó una vez sobre el mundo antes de que los dioses del Olimpo tomaran su lugar. Un oráculo le predijo que uno de sus hijos lo derrocaría, por lo que Cronos decidió devorar a toda su descendencia.

Sin embargo, Poseidón, el futuro dios de los mares, fue salvado de este destino gracias a la sabiduría y determinación de su madre Rea. Rea engañó a Cronos al presentarle un potrillo como si fuera su hijo, el cual él devoró. Mientras tanto, escondió a Poseidón de manera segura entre un rebaño de ovejas. El joven Poseidón fue cuidado por Arne, la hija del dios del viento Eolo, y criado por los legendarios Telquines, seres místicos con una gran habilidad artesanal, que luego forjaron el tridente para él, símbolo de su poder.

Gracias a las habilidades de estos extraordinarios artesanos, Poseidón aprendió pronto el arte de la artesanía. Le regalaron su icónico tridente, un instrumento de gran poder que le fue útil en la lucha contra Cronos. Junto a sus hermanos, entre ellos Zeus, Poseidón lideró a los dioses olímpicos a la victoria y, tras su triunfo, aseguró su dominio sobre los mares del mundo.

Poseidón, como dios de los mares, poseía una gran atracción y poder. Su consorte oficial era Anfitrite, la diosa del mar tranquilo. Aunque Anfitrite dudó al principio en casarse con él, fue convencida por un fiel mensajero del dios del mar, quien pidió su mano en nombre de Poseidón. Como muestra de su aprecio, Poseidón le regaló una espléndida corona de perlas y conchas, símbolo de su poder sobre las aguas pacíficas.

La naturaleza poderosa y dinámica de Poseidón lo llevó a numerosas uniones con diosas, ninfas y mortales, dándole muchos hijos de gran importancia. Una de sus amantes fue Tiro, quien se había enamorado de un dios río. Poseidón, encantado por su belleza, se le acercó en la forma del dios del río. De esta unión nacieron Pelias y Neleo, dos hijos que se convertirían en importantes héroes de la mitología griega.

Cuando Leto, la amante de Zeus, estaba embarazada de Apolo y Artemisa, buscó un lugar seguro para dar a luz a sus hijos, pero ninguna tierra quiso recibirla, temiendo la ira de Hera. Poseidón entonces tomó la isla de Delos y la ancló firmemente en el mar, permitiendo que Leto diera a luz allí. Así, Delos se convirtió en un lugar sagrado para el culto de Apolo y Artemisa."Pero más maravillosa que la sabiduría de los ancianos y la sabiduría de los libros es la sabiduría secreta del mar."